Odio a mi jefe – ¿Qué debo hacer? (Nuestra guía paso a paso)

No importa lo bueno que sea tu trabajo o incluso si tienes el trabajo de tus sueños, si tienes un jefe desagradable, tu productividad empieza a desvanecerse y tu creatividad empieza a decaer. Esta situación puede no parecer un problema para unos pocos, pero puede empeorar para muchos.

Un mal jefe o gestor es una de las tres razones principales por las que los empleados cambian de trabajo. Ser vocal es siempre una opción para hacer frente a esta situación. Esto hace que sea aún más difícil de tratar. Encontrarás a muchas personas que manejan la situación de forma agresiva, pero la agresión innecesaria siempre es mala.

¿Cómo afrontar este problema?

1. Busca las raíces

El comportamiento desagradable de tu jefe no siempre es testimonio de que sea una mala persona. Puede deberse a la carga de trabajo, a la presión jerárquica, etc. Conocer la razón real antes de juzgar la situación o a tu jefe podría ser un error. Así que intenta comunicarte con otros empleados o ex empleados y llegar a las raíces del problema. No puedes etiquetarle con el título de mal jefe por algunos episodios momentáneos de arrebato. A veces puedes verlo como un empujón hacia el lado positivo. Recuerda que tu tolerancia es uno de los factores importantes de tu profesionalidad.

2. Comprueba si el compromiso funciona

A veces el problema está en ti mismo. Comprueba si la calidad de tu trabajo es el motivo de los problemas de tu jefe. Comprueba si tu jefe se comporta de la misma manera con otros empleados. Si no es así, intenta buscar lo que puedes mejorar en ti mismo. Pueden ser tus problemas de gestión del tiempo, de organización, de calidad de la investigación, etc. Este es el primer paso para tener un enfoque global del problema. Intenta ajustarte según la situación y mira si funciona. A veces vale la pena comprometerse.

3. Calcula los daños

A veces no puedes tomar medidas severas como denunciar a RRHH o dejar el trabajo sólo por un pequeño revés de tu jefe. Si puedes soportar el estrés fácilmente, intenta mantenerte firme. A veces incluso el importe de tu sueldo cuenta para analizar la gravedad de la situación. Por ejemplo, no puedes pensar en dejar un trabajo con un paquete de 100.000 euros sólo por un pequeño contratiempo. Sin embargo, si el entorno del lugar de trabajo es demasiado tóxico y tiene un efecto innecesario e insoportable en tu salud mental, entonces es mejor considerar otras opciones.

Haz una lista de todos los puntos positivos y negativos del trabajo. Intenta ser lo más imparcial posible.

4. Prepárate para hablar

Este debería ser el último botón que pulses después de haber intentado todas las demás formas posibles de afrontar el problema. A veces la comunicación es la clave de todo. Puedes enfrentarte directamente a tu jefe sobre tus problemas. Intenta ser lo más profesional y amable posible. Sin embargo, este es un camino muy resbaladizo, pero si la falta de profesionalidad de tu jefe no ensombrece su juicio y su comportamiento laboral, puede ser la mejor manera de resolver todos tus problemas.

5. Iniciar la búsqueda de empleo

Esta es la opción que muchos empleados eligen para afrontar este problema. Sobre todo los empleados que no son valorados como se merecen. Sí, deberías pensar en saltar a otro trabajo si no estás a gusto con la gestión de tu oficina. Sin embargo, esto no puede ser una opción para quienes son novatos en la industria y tienen muy poca experiencia. Para las personas así, es mejor tener paciencia y aprovechar al máximo la oportunidad que se les brinda Una vez que tengan suficiente experiencia, pueden considerar esta opción.

6. Nunca hables mal de tu jefe

Con la búsqueda de empleo llegan las rondas de entrevistas y seguro que te preguntarán sobre tu entorno laboral anterior o actual. Hablar mal de tu empleador anterior o actual nunca es una opción durante la entrevista. Sólo pondrá de manifiesto tu falta de profesionalidad e intolerancia. Así que intenta centrarte en el lado positivo de tu trabajo mientras respondes a las preguntas.

Conclusión

No siempre se trata de cambiar de trabajo cuando te encuentras con algún problema. Aquí es donde entra en acción tu capacidad para resolver problemas. Trata de sacar provecho de todas las situaciones, no dejes que la toxicidad externa afecte a tu productividad. Intenta buscar el lado positivo de cada situación. Incluso si decides dejar el trabajo, intenta irte con dignidad. Intenta enmendar tus errores porque a veces incluso te piden una carta de recomendación para tu próximo trabajo. Investiga bien sobre el estatus directivo del trabajo al que optas.

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